Me siguen...

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¡ADIÓS AL AÑO VIEJO!


Quizás dé lo mismo
si se trata de un año nuevo
o de un nuevo grupo de pertenencia,
de un nuevo lugar donde vivir,
de un nuevo amigo,
o de una nueva pareja.
Nada puede ser realmente nuevo
si uno lo vive desde viejas actitudes.
Por eso te deseo y me deseo...
Que no se nos vaya nuestro tiempo de vida
en asuntos que realmente no valgan la pena.
Nadie vino a este mundo
a “matar el tiempo”,
a encerrarse en un lugar seguro,
a lograr la aprobación de los demás.
El tiempo es algo precioso:
un recurso no renovable.
Que miremos hacia atrás
sólo para cerrar los asuntos pendientes.
Es el único modo en que el pasado
puede realmente pasar:
decir lo largamente callado,
hacerse cargo de los errores
y pedir disculpas,
reconocer lo recibido
y dar las gracias,
comprender lo no comprendido,
dejar ir lo que ya no es.
Cerrar lo inconcluso es comenzar
a hacer espacio para lo Nuevo.
Que sepamos pedir ayuda cuando la necesitemos,
para volver a pararnos sobre nuestros propios pies.
Dejarse ayudar es un buen antídoto
para la omnipotencia o la necedad.
Que sepamos ayudar a quien lo necesite
sin perdernos en el otro,
sin invadir ni manipular,
sin generar dependencia,
sin forcejear para que nadie cambie
lo que no está dispuesto a cambiar.
Ayudar requiere el ejercicio
de una solidaridad inteligente,
consciente de sus trampas y de sus límites.
Que permanezcamos abiertos a encontrar
verdaderos compañeros de Camino,
afines a nuestra más íntima Esencia.
Como decía Vinicius:
“La Vida es el arte del encuentro”.
No nos escondamos de la Vida.
Vivir Vivo es poco frecuente entre los humanos.
Lo logran quienes trabajan
para abrir su sensibilidad y su conciencia.
Que seamos parte de aquellos que,
más que un “Año Nuevo”,
celebran cada día un Día Nuevo,
intensamente Vivos.
Hay miles de personas que,
desde distintos lugares del mundo,
forman parte de nuestra red humana virtual,
sin fronteras.
Como ves, no estás solo...
En este mismo instante hay muchos otros
que también quieren hacer de este nuevo año
un verdadero Año Nuevo.
Y es que hay un único tiempo:
AHORA.
Te deseo lucidez para cada día.
Que elijas bien,
que tu sensibilidad se abra y florezca.
(Tomado de internet)

Amigos míos:
aprendamos a soltar y demos paso a una nueva vida.
¡¡¡MUY FELIZ AÑO NUEVO!!!
Con todo mi amor,



lunes, 20 de diciembre de 2010

TE DESEO...

Hola a todos!!!

Vuelvo a pedirles mil disculpas por no devolver las visitas como quisiera y como suelo hacerlo, pero realmente se me hace difícil y no quisiera cumplir con unos sí y otros no.

Si bien les había dicho que me tomaba un descanso para disfrutar a mis hijos y a mi nieto Tomi (Tomatito), hoy recibí este texto que me enviaron por mail que se atribuye a Víctor Hugo y, como siempre me gusta chequear que la información sea fidedigna, oh sorpresa! encuentro que le pertenece al escritor brasileño Sergio Jockymann, publicada en 1980 en el Jornal Folha da Tarde de Porto Alegre, Brasil.

Sea de quien fuese no pude menos que desear compartirlo con todos ustedes. Les deseo todo lo que él desea, ni más ni menos.

Que tengan todos una muy Feliz Navidad y que el Niño Jesús les traiga...

PAZ
SALUD
AMOR
TRABAJO

Un beso,






Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar
que fluyan entre nosostros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año sino apenas un dia.
Pero que en ese dia descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y
la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen, y que te rodean,
seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro
alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
porque de esa manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por mas minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero frente a ti y digas
"Esto es mío"
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también
que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y sufrir
sin sentirte culpable.

Te deseo por fín que
siendo hombre, tengas una buena mujer
y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar
no tengo más nada que desearte.




Não Se Esqueça de Mim - Nana Caymmi
Compositores: Roberto Carlos / Erasmo Carlos

Onde você estiver não se esqueça de mim
Donde vos estés no te olvides de mí.
Com quem você estiver não se esqueça de mim
Con quien vos estés no te olvides de mí
Eu quero apenas estar no seu pensamento
Yo quiero apenas estar en tu pensamiento
Por um momento pensar que você pensa em mim.
Por un momento pensar que piensas en mí.
Onde você estiver não se esqueça de mim
Donde vos estés no te olvides de mí
Mesmo que exista outro amor que te faça feliz
Aunque que exista otro amor que te haga feliz
Se resta em sua lembrança
Si queda en tu recuerdo
Um pouco do muito que eu te quis
Un poco de lo mucho que te quise
Onde você estiver não se esqueça de mim.
Donde vos estés no te olvides de mí.
Eu quero apenas estar no seu pensamento
Yo quiero apenas estar en tu pensamiento
Por um momento pensar que você pensa em mim
Por un momento pensar que piensas en mí.
Onde você estiver não se esqueça de mim.
Donde vos estés no te olvides de mí.
Quando você se lembrar não se esqueça que eu
Cuando recuerdes no te olvides que yo
Que eu não consigo apagar
Que yo no consigo borrarte
Você da minha vida
de mi vida
Onde você estiver não se esqueça de mim.
Donde vos estés no te olvides de mí.
Não se esqueça de mim.
No te olvides de mí.
Não se esqueça de mim.
No te olvides de mí.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

SOLTAR AMARRAS

Hola a todos!!!
Este escrito no es mío pero me pareció oportuno compartirlo.
Se lo dedico, especialmente, a todas aquellas personas que están lidiando con pasados oscuros y conflictivos y no se permiten ver la luz del día de hoy.
No hablo "por boca de jarro". Yo lo logré. Y soy una persona común. Vos también podés hacerlo. Todo es cuestión de actitud y voluntad y de amarse a sí mismo.

Que seas feliz!
Con mucho amor.
Un beso,





Es tiempo de soltar amarras...
Aquí dejo todo lo que me hace daño.
Es tiempo de ser más fluido con la gente,
Conmigo mism@.
Es momento de dejar ir,
de permitir que el viento me despeine y me sacuda;
que se lleve el resentimiento,
que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mí mism@;
ya me regañé bastante.
Fueron muchas las piedras
que yo mism@ puse en mi camino;
los puentes dinamitados…
Para autocastigo ya estuvo bien;
elijo el camino de la aceptación;
es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero;
con alma transparente, y espíritu tranquilo.
En mi vida, a partir de ahora,
lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie,
no agregaré un centímetro a mi estatura;
Es tiempo de relajarme.
Dios no me está juzgando.
Así que, ¿por qué habría yo de hacerlo?
Es hora de levar anclas...
De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene por qué ser como yo quiera.
Así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida.
¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.
Tener la razón es el peor de los desgastes,
pues te quita el sueño intentando corregir al universo.
Es hora de soltar amarras,
de confiar más en el Universo
y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.
Quiero comenzar de nuevo con un corazón joven,
que brinque de gusto con los cantos que anuncian el día.
Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?
Un alma que sea capaz de asombrarse
con el amarillo de los girasoles,
de ver en el cielo un milagro pintado de azul
y no sólo un día más, llano y simple.
Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.
He estado demasiado ocupad@ para ver las estrellas.
Elijo mirar la sonrisa del sol.
Elijo abrazar al aire.
Me ama lo suficiente para mantenerme con vida.
¿Qué mejor prueba de amor?
Afortunadamente, se me dio la facultad de elegir.
Elijo controlar a mis propios demonios.
Es más… he decidido darles vacaciones.
Es tiempo de soltar amarras,
de levar anclas,
de dejarme en paz.
De tanto pelear conmigo mism@,
se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa.
Qué estupendo es cuando no controlas a nadie,
cuando no pides cuentas,
cuando tiras a la basura los rencores.
A partir de ahora quiero ser más just@;
la vida no es un tablero de ajedrez
ni las personas caballos o alfiles.
Trato a la gente como me gustaría que me trataran.
Si algo nos debemos,
te ofrezco un abrazo,
te pido una disculpa.
Yo ya me perdoné.
¿Podrías hacerlo tú también?
Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora...
¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.
Pero, definitivamente, es el camino al cielo.
Nada es casualidad,
no hay accidentes en el mundo de la voluntad.
Por eso, sea cual sea la razón
por la que estés leyendo estas líneas,
elijo creer que el Universo
nos permitió crear este lazo,
aun cuando ni siquiera nos hayamos visto.
Elijo creer que estemos dispuestos
a sembrar más sonrisas
en nosotros mismos y en la gente.
Te deseo que ahora y siempre,
estés llen@ de bendiciones.
Si sueltas tus amarras,
tendrás las manos libres para recibirlas.

Quería compartir con ustedes este video
de uno de los temas musicales que más me emocionan.

Estaba buscando una versión en cello
y encontré ésta que me gustó mucho.
Espero lo disfruten!






martes, 14 de diciembre de 2010

DÍA DEL TANGO!

El 11 de diciembre fue declarado Día del Tango porque en esta fecha, aunque de diferentes años, nacieron Carlos Gardel y Julio De Caro, de quien contaré esta historia tan emotiva que me llegó por mail y la quiero compartir con ustedes.



Junio 03 2010 - La honra del apellido
por
Alfredo Leuco

"Anoche Pinky contó la conmovedora historia de Julio de Caro. Su padre, don José, era un músico clásico orgulloso de su formación cultural pero que despreciaba la música popular. En la calle Defensa, a 20 cuadras de la Casa Rosada, instaló un conservatorio y un anexo donde se vendían instrumentos musicales y partituras.

Don José había diseñado para su hijo Julito un destino de médico y de gran concertista de guitarra. Pero el pibe, con los atorrantes del barrio y de pantalones cortos se escapó una noche al Palais de Glace a ver la orquesta de Roberto Firpo y quedó fascinado. A la madrugada, todos gritaban que toque el pibe, que toque el pibe y él también porque un tango se llamaba así. Hasta que un amigo le dijo:”es a vos Julito, la gente pide que toques vos.” Recién cuando apoyó el violín contra su cuello su cuerpito frágil dejó de temblar como una hoja. La música maravillosa que produjo hipnotizó a todos con su belleza.

Cuando Julito regresó de madrugada lo estaba esperando su padre que lo castigó a vivir una semana en un rincón y a pan y sopa. Julito metió violín en bolsa. Su corazón se desgarraba ante cada reto de su padre que insultaba a esos vagos que tocan esa música bastarda, esas melodías prostibularias. Pero la magia del tango ya se había metido para siempre en el corazón de Julio de Caro.

Un día, el tigre del bandoneón Eduardo Arolas lo invitó a tocar en su orquesta y ese fue el final. Otra madrugada el padre de Julio lo esperó detrás de la puerta y lo echó de su casa: “Usted elige mocoso, la medicina, la guitarra y el concierto o esa porquería que toca con el violín. Usted me ha traicionado, ha deshonrado mi apellido”. Y Julio se fue vencido de la casita de sus viejos. Durante 20 años le envió cartas a su madre que nunca fueron respondidas.

Después de mucho sacrificio y pasar grandes privaciones económicas, Julio empezó a triunfar en todo el mundo. Les mandaba a sus padres los recortes de los diarios que hablaban de su genialidad y nada. Ni una línea a vuelta de correo. Por eso su mirada siempre estaba triste pese a que su crecimiento profesional fue caudaloso. El presidente Marcelo T. de Alvear se declaró su admirador.

De gira por Europa una noche tocó en un palacio de Niza ante cientos de bacanes. Alguien se levantó de su mesa, elegante con su smoking tan lustroso como su cabello y dijo: “Así como me reciben a mí les pido que reciban y escuchen a Julio de Caro”. Un presentador de lujo: era Carlos Gardel. Enseguida uno de los bailarines le pidió que repitiera el tango “El Monito”. Y luego otra vez. Y otra. De Caro no podía negarse a ese pedido de Charles Chaplin.

¿Qué extraño misterio arrabalero hacía disfrutar al genio de Chaplin de esa letra que dice “mi pebeta ya se fue/y nunca volverá/Tal vez irá rodando al cabaret/ buscando en su dolor,/ alivio de champán/olvido a mi desdén”. De Caro después tocó para el Aga Khan, para el príncipe de Gales, y fue pasión de multitudes. Se convirtió en un artista inmenso que marcó para siempre con su identidad la música de Buenos Aires. Pero sus padres seguían sin aparecer y la llaga de su corazón seguía abierta.

Paloma Efrom, Blackie, cantó en su orquesta. Edmundo Rivero también. En 1937, nadie quiso perderse el regreso triunfal de Julio de Caro al Teatro Opera.

Después de varias ovaciones, Julio se quedó un tiempo largo en el camarín esperando que se fuera el público para poder salir tranquilo. Pasaron dos horas y salió caminando por el pasillo del teatro apenas alumbrado por pequeñas lucecitas rojas. De pronto vio difusas dos figuras que se recortaban en la penumbra. Eran sus padres. Don José se acercó temblando hacia su hijo y después de 20 años le dijo, sin tutearlo: “Vengo a pedirle perdón. Usted hace una música de ángeles”. Y no pararon de llorar en un profundo abrazo.


A veces los padres creemos que nuestros hijos no hacen lo que nosotros quisiéramos que hagan y nos ponemos tercos y resistentes a ciertos cambios, pero la vida nos enseña que cuando el árbol nace de buena madera es muy difícil que se puedan quebrar sus ramas y nos muestran, para nuestro orgullo, que aunque las hojas sean de diferente forma y color, la savia que fluye desde dentro es la del mismo manantial del que abrevamos nosotros".

Espero hayan disfrutado esta historia.

Feliz Día del Tango!






domingo, 5 de diciembre de 2010

MASCULINIDAD TÓXICA

El psiquiatra Sergio Sinay es un machista arrepentido, como él mismo se define. Un hombre con una mirada particular de lo masculino en tiempos de cambios.

EXTRACTO DEL LIBRO "LA MASCULINIDAD TÓXICA"

Que lo disfruten!





"Querido congénere:

Esta carta no podía tener otro destinatario que no fueras vos. Nadie podría entender mejor de qué hablo, qué quiero decir. Querido congénere, vos y yo, varones ambos, estamos en peligro de extinción. Así como nos mandaron a vivir nuestras vidas de hombres, así como nos mandaron relacionarnos con las mujeres, con nuestros hijos, con las cosas, con los seres, con el mundo, así no va más.

Te quiero contar cosas que escucho, que siento, que pienso, que vivo y que veo, cosas que nos involucran y que, quizás, no ignoras y te preocupan tanto como a mí.

Veo mujeres tristes, desalentadas, resignadas a no encontrarse emocionalmente con nosotros, a no contarnos como compañeros de vida, digo como verdaderos compañeros de vida, como hombres dispuestos a explorar con ellas los espacios desconocidos del afecto, a confiar en que nuestras diferencias nos enriquecerán, dispuestos a mirarlas con cariño, con ternura, con humor, además de con deseo.

Veo mujeres que no nos entienden ni se sienten entendidas por nosotros, mujeres que han hecho hasta lo imposible por comunicarse (y debo decirte querido congénere, que a menudo hacen de más, se ponen demasiado ansiosas, sofocan, se adelantan a nuestros tiempos). Han hecho hasta lo imposible guiadas por la mejor, la más amorosa de las intenciones. Y hoy a muchas las veo y escucho resignadas a convivir con hombres que siempre serán extraños y lejanos o, directamente, a prescindir de ellos.

Muchas mujeres prefieren compartir su tiempo con otra u otras mujeres: reciben más afecto, más comprensión, más compañía (aunque le falte el tipo de compañía, comprensión y afecto masculinos que tienen otra energía, otra vibración, no opuesta sino complementaria). Hay mujeres a las cuales empezamos (sólo empezamos) a resultarles prescindibles. Y si prescinden de nosotros, ellas estarán sin hombres, pero los que estaremos verdaderamente solos seremos nosotros, te lo aseguro.

Nosotros, los varones sabemos muy poco, o nada, de estar solos, salvo en las trincheras o arriba de un ring. Y aún así, nos damos el dudoso lujo de aislarnos.

Por las dudas, te lo aclaro: cuando digo que las mujeres acabarán prefiriendo estar con mujeres, no hablo de sexo. Lo aclaro porque sé que los varones sabemos poco de intimidad, simplificamos y nos confundimos. Estarán juntas de un modo que nosotros no sabemos estar entre nosotros.

Espero que entiendas. Y si no, hermano, espero que empieces a aprender a entender.

Veo y oigo, también, a muchos hijos desalentados. Ya no hacen más esfuerzo por acercarse a sus padres, ya no esperan que sus padres se acerquen a ellos, quiten el candado de la distancia emocional, compartan sentimientos, sensaciones. Ya no esperan que sus padres se interesen de verdad por lo que a ellos o ellas (hijo, hija) les pasa, ya no aspiran a ser revalidados por la amorosa y firme mirada paterna. No sé si te ocurre, no sé si te ha tocado, pero he sido testigo u oyente de muchas palabras de hijos desalentados. Dicen cosas como "A mi viejo no vale la pena pedirle nada, nunca tiene tiempo, siempre está ocupado". O dicen: "Me hubiera gustado verlo en la entrega de diplomas, me hubiese gustado que estuviera allí (y no en una reunión o jugando al tenis o llevando el coche al taller) el día que traje a mi novia por primera vez a casa". O dicen: "Me gustaría no sentir este silencio incómodo cuando nos quedamos solos. Me gustaría que me mire a los ojos cuando me habla. Me gustaría que no opine sobre todo lo que digo. Me gustaría que me escuche sin juzgarme. Me gustaría que alguna vez me prohíba algo y me lo explique, así puedo aprender. Me gustaría que no me trate como a un amigo, que no se haga el pendejo, que no me robe mi manera de hablar; necesito sentir que es mayor que yo, que tiene otra experiencia, que sabe cosas que no sé, que podré confiar en él si me pierdo. Y así, con un padre pendejo, no puedo. Y paso vergüenza ante mis amigos, porque encima no funciona como pendejo".

Muchos de esos hijos, hermano varón, ya no buscan a sus papás, se han resignado a perderlos emocionalmente o a tenerlos sólo como proveedores. Y eligen como confidente a mamá. Ella, que nunca fue varón, que no se siente como varón, que carece de experiencia de varón, tiene que explicarles desde qué hacer con una chica (¡yo tampoco lo creía hasta que fui testigo varias veces!), hasta como enfrentar una situación temida. Para esos hijos pronto seremos prescindibles. Ellos se quedarán, funcionalmente, sin padre, les será doloroso pero seguirán adelante con su vida, aprenderán a ser hombres de alguna manera, acaso sean buenos hombres. Los que nos vamos a quedar de veras solos somos nosotros.

No sé si te pasa, no sé si lo sientes, observo cada vez más hombres que desconfían de otros hombres, que los ven como enemigos, como obstáculos, o a lo sumo los ven como instrumentos, como medios. "Este tipo me sirve o no me sirve, lo tengo que cuidar o lo tengo que cagar". Escucho eso, lo escucho con una frecuencia que me alarma. Pasa en las empresas, en la política, en la vida social, en los clubes, en las agrupaciones profesionales.

Veo cada vez más hombres enceguecidos por la ambición, a los que no les importa qué precio (moral, en salud, en dinero, o reputación) hay que pagar para tener. Tener, ésa es la palabra, hermano varón. Tener poder, mujeres, plata, casa, cosas (no importa qué cosas: cosas). Cuando hay tan poca solidaridad, tan poca empatía, tan poca camaradería entre los varones estamos mal, hermano varón. Nos quedaremos solos, solos entre nosotros, solos y en guardia, solos y enfermos.

Cada vez veo más hombres deprimidos, hombres que no duermen, hombres que parecen pastilleros ambulantes (viagra, alopidol, alplax, clonazepán, ansiolíticos, sedantes, antiácidos, antiinflamatorios, analgésicos, farmacias que caminan), hombres que desoyen todos los síntomas con que sus cuerpos les hablan, hombres con dolores, con malestares físicos o emocionales a los que prefieren no atender. Morimos antes de tiempo o llegamos estropeados a nuestra vejez. Necesitamos, para nosotros y para otros, llegar vivos a la hora de nuestro final, con capacidad para convertir nuestras experiencias en sabiduría y para hacer de nuestra sabiduría una herramienta al servicio de nuestros afectos y nuestro mundo. Pero la gran mayoría de nosotros estamos llegando vacíos, sin nada para transmitir, habiendo acumulado vivencias como quien junta fotos, pero sin haberlas transformado en algo trascendente.

Así no va más, hermano varón, querido congénere. Con nuestra violencia, con nuestra ausencia de perdón, de comprensión, de flexibilidad, estamos destruyendo el mundo. Digo nosotros, digo los varones, no es un "nosotros" abstracto. Digo los hombres (no digo "la humanidad"), los que tenemos pito y voces gruesas y pelos en todas las partes (a veces no en la cabeza). ¿Se entiende, muchacho? Digo que los varones, con nuestro maldito mandato machista, ya hemos mucho daño y ya nos hemos hecho mucho daño a nosotros. Así, no va.

Seremos prescindibles para las mujeres. ¿Quién nos hizo creer que estarán siempre a nuestros pies, muertas por nuestros pitos? Seremos prescindibles para nuestros hijos. La paternidad biológica es solo un dato, un accidente, hay que darle sentido, llenarla de contenido. Prescindimos entre nosotros el uno del otro, apenas nos usamos. Así no se construyen vínculos fraternales y fecundos. Ya hay mujeres (narcisistas si querés, egoístas si te parece, estoy de acuerdo) que nos usan de padrillos, a veces sin que los sepamos, para tener hijos y librarse de tener maridos.

Ya hay fecundación in vitro. Y si la clonación avanza (Dios no permita que esos locos omnipotentes lleguen a cumplir, invocando a la ciencia, sus sueños demenciales) bastará con una célula materna para crear un hijo. Y no seremos necesarios ni como sementales. Será el ominoso final de un modelo que nos hizo creer invulnerables, poderosos y ganadores.

¿Qué ganábamos, querido congénere?

¿De veras no estás un poco harto de tener que demostrar todo el tiempo que tenés huevos? ¿Qué quiere decir tener huevos? No es algo que elegiste, no es algo que se logra con esfuerzo, con aplicación, con creatividad. Terminémosla con los huevos. La mayoría de nosotros (la penosa inmensa mayoría) ni siquiera sabe qué función cumplen los testículos en nuestro organismo.

¿De veras no estás harto de demostrar tu aguante, de bancártela solo?

También los burros tienen mucho aguante. Y los bueyes. ¿Hay algo más por lo que destaques? ¿Algo propio, generado desde tu corazón?

¿De veras no estás harto de tener que demostrar a las mujeres el largo y el grosor de tu pene, de tratar de batir récords cuando estás con ellas?

¿No estás harto de ir a la cama con pavor de que tu arma tenga la pólvora mojada? ¿No estás harto de negarlo, lo vas a negar ahora una vez más? Yo soy como vos, de manera que aquí podés ahorrártelo. Y, de paso, ¿no te gustaría saber un poco más acerca de cómo sienten sexualmente las mujeres, de qué les gusta, de qué esperan de vos antes de que empieces con tu exhibición y las dejes afuera? ¿No crees que podés llevarte alguna grata sorpresa al averiguarlo? ¿O para vos no hay nada que aprender? ¿Dónde aprendiste tanto? ¿Te lo enseñó tu papá, o algún hombre mayor sabio, cariñoso, afectuoso y comprensivo? ¿O lo aprendiste de oídas? ¿O pagando a una mujer de la cual no recordás el rostro? ¿De veras no estás harto?

¿De veras no estás harto de mirar de reojo el auto del tipo del lado, y si es más nuevo o potente que el tuyo, salir corriendo a cambiar tu
coche para que no crean que sos pobre o que tenés menos poder, o que la tenés más corta?

¿De veras no estás harto de hablar sólo de lo bien que te va, de callarte los dolores, las dudas, las vergüenzas, las dudas? Digo, ¿no estás harto de aparentar, de competir aún de palabra, de tapar, de disimular?

¿De veras no estás harto de tanto chiste machista, de tanto infantilismo acumulado, de tanta simpleza intelectual, de tanto desprecio por las mujeres, por los homosexuales, por los que apuestan a otra vida y a otros vínculos sin que pierdan por eso ni una gota de testosterona?

¿No estás harto, eso quiero decir, de vivir con el culo apretado por el miedo, por el pánico a lo diferente?

¿No estás harto de justificar guerras, matanzas y destrucciones en nombre de la política?

¿No estás harto de callar, por miedo a que te llamen tonto, ingenuo o maricón, tu oposición a la muerte de quien sea, de un palestino, de un libanés, de un judío, de un afgano, de un iraquí, de un serbio, de un croata, de un ruso, de un indio, de un paquistaní, de una mujer, de un chico (de miles y miles de chicos), no estás harto de tu propio silencio e inacción?

¿No estás harto de tener sólo cuatro o cinco temas de conversación (mujeres, política, fútbol, economía, tecnología) temas seguros, donde nunca arriesgarás nada personal, temas protegidos, temas que, a fuerza de ser los único, te alejan de otros temas, de otra gente, del corazón de otra gente (mujeres, hijos, amigos, nuevos seres a conocer) y de tu propio corazón?

¿No estás harto de ser un eterno adolescente, alguien que se niega a entrar en las etapas evolutivas de la vida, alguien que se convierte, mientras pasan los años, en la patética caricatura de un púber y que , por muy macho que se diga, no tiene coraje (o huevos, como te gusta decir) para emprender la aventura espiritual, emocional y cósmica de convertirse en un hombre de verdad, un hombre de los que el mundo, y las mujeres, y nuestros hijos, y los otros amigos, necesitan?

Si no estás harto, acaso cuando lo estés ya sea tarde, ya estarás definitivamente solo, ya serás absoluta e irreversiblemente prescindible. Si no estás harto, formás parte de una especie en extinción. También los dinosaurios lo eran, aunque no lo supieran, cuando parecían enormes y poderosos. Formás parte de una especie en extinción y no habrá una ONG que esté dispuesta a rescatarte. Otras especies serán prioritarias. Especies que no depredan, que no discriminan, que no asesinan masivamente entre sí, que equilibran el universo.

Si estás harto, el momento de cambiar es ahora. No hay excusas, no hay peros. Así no va más. Me dirás que sí va, mire quienes gobiernan los países, quienes están al frente de las empresas, quienes rigen el deporte, quienes manejan las finanzas, quienes son los economistas que ven números pero no personas, quienes inventan cada día una guerra para seguir vendiendo armas y robando petróleo mientras invocan causa inexistentes, quienes mandan a morir a los hijos de los otros, quienes intoxican a nuestros hijos con la comida chatarra, televisión chatarra, juguetes chatarra, ideas chatarra, quienes nos hacen creer que moriremos si no tenemos un auto, un plasma, una computadora de ultimísima generación, que seremos poca cosa sin una zapatilla que hasta marca nuestras pulsaciones, quienes manipulan nuestra salud desde las corporaciones farmacéuticas. Miro y los veo. Son hombres insalubres, inoculados e inoculadores de un paradigma tóxico. Y son mayoría. Es cierto. Pero te repito. También los dinosaurios parecían invulnerables, cuando, aunque ellos no lo supieran, ya estaban en extinción. Y, de paso, pido perdón a los dinosaurios por la comparación. Estos hombres no son inocentes como eran ellos. Son imputables. A esta altura de la historia, de las comunicaciones, de la sociología, de la psicología, de la información y del conocimiento, son imputables. No podrán decir que no sabían. En todo caso que digan que les gustaba y les creeremos. No podrán decir que cumplían mandatos. La civilización ha vivido cosas que impiden aceptar esa excusa.

Por eso digo, hermano varón, que si estás harto sólo te queda el camino de empezar a cambiar tus conductas. No tus palabras, no basta con que cambies de discurso. Hay que transformar las acciones, las actitudes, los hechos. Y también las palabras. Quedarte en el discurso te hará imputable. El tiempo es ahora. El lugar es tu casa, tu trabajo, el espacio que compartes con tu mujer (o con las mujeres), con tus hijos, con otros hombres. Es aquí y ahora, cada día en cada lugar. Ya. No te dejes engañar por esa mayoría de hombres que ves.

Los varones somos, con el paradigma masculino hegemónico hoy vigente, una especie en peligro de extinción. Y esos tipos son los responsables.

¿Querés ser como ellos? Yo no.

Me preguntarás desde dónde hablo, qué derechos me arrogo. Cuál es mi púlpito. Me identifico. Soy un varón de este mundo, de este tiempo. Un marido, un padre, un profesional. Un hombre que ha vivido ya más de la mitad de su vida y ha experimentado todos los mandatos del paradigma. Que hace tiempo ya no quiere más de eso.

Soy un hombre harto de estos hombres. Un hombre que tiene con ellos una cuestión personal, porque degradan mi sexo. Soy un hombre al que le duelen los tiempos que vive. Un hombre que tiene la visión de un mundo compasivo y fraternal, inclusivo, enriquecido por la diversidad, fecundo. Un hombre harto que sospecha no ser el único hombre harto.

Si también estás harto, nos encontraremos en el camino.

Hasta entonces, un abrazo fraterno".





jueves, 2 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN

No obedezcas ningun mandato excepto que venga desde tu interior.

Si meditas, tarde o temprano, vas a encontrarte con el amor. Si meditas profundamente, tarde o temprano, vas a empezar a sentir un amor tremendo que emana de ti que jamás habías conocido, una nueva cualidad de tu ser, una nueva puerta que se abre. Te convertiste en una nueva llama y ahora lo quieres compartir.

Si amas profundamente, de a poco, vas a darte cuenta de que tu amor se vuelve más y más meditativo. Una cualidad sutil de silencio está entrando en ti. Los pensamientos van desapareciendo, van surgiendo espacios… ¡Silencios! Estás tocando tu propia profundidad.

El amor te hace meditativo si está en la dirección justa. La meditación te hace amoroso si está en la dirección justa. Quieres un amor que nazca de la meditación, no de la mente. Ese es el amor del que hablo continuamente.

Millones de parejas en todo el mundo viven “como si” hubiera amor. Viven en un mundo de “como si”… por supuesto, ¿cómo van a estar contentos? Si están drenados de toda energía. Tratan de conseguir algo de un amor que es falso y que no puede cumplir con lo que prometió. Por eso la frustración, por eso el aburrimiento continuo, las quejas constantes, las peleas entre los amantes. Las parejas tratan de alcanzar algo imposible: hacer que su relación amorosa sea eterna y eso no puede ser. Surgió de la mente y la mente no puede darte ningún vislumbre de lo eterno.

Primero, entra en la meditación, porque el amor va a surgir de la meditación, es la fragancia de la meditación... la meditación es la flor, el loto de los mil pétalos. Deja que se abra, deja que te ayude a desplazar en la dimensión de lo vertical, de la no-mente, del no-tiempo y, de repente, vas a ver que la fragancia está ahí. Entonces, es eterna, es incondicional... entonces, ni siquiera está dirigido a alguien en particular. No puede estar dirigido a nadie en particular. No es una relación, es más bien una cualidad que te rodea. No tiene nada que ver con lo otro. Tú eres amoroso, tú eres el amor; entonces, es eterno. Es tu fragancia. Existió alrededor de un Buda, alrededor de un Jesús, es una clase de amor totalmente diferente; es cualitativamente diferente.

Osho

Gracias, Nancy!



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...