
Sí, con vos.
Con vos, que no te conozco.
Pero eso no importa.
Cuando esta noche
Esté todo a media luz
Y suene Hugo Díaz,
O Di Sarli, o D’Arienzo,
Y por qué no Piazzolla,
Te estaré esperando.
Estaré de negro ajustado
Con falda de gasa
A ritmo de tango,
Y una flor roja en el pelo.
Y a vos te reconoceré
entre tantos,
de impecable camisa
y pantalón negro,
sentado a una mesa
con dos copas sobre ella
y un buen tinto
aguardando.
Me mirás y te miro.
No hace falta nada más.
Nos dirigimos a la pista,
Me tomás con firme suavidad
De la cintura,
Mi frente en tu frente,
Mi respiración cerca de la tuya.
Y se me perdió el mundo.
No hay nadie.
Sólo existimos vos y yo,
En ese abrazo firme
En esos roces sensuales
De piernas enganchadas
Y movimientos lentos,
pausados, en espera.
Nada nos detiene.
Nada nos molesta.
Sólo vos y yo.
Con la pasión que le damos
A cada movimiento acompasado,
A cada giro, a cada paso.
Y así seguimos hasta el final,
Hasta el orgasmo de tango.
Porque así nos sentimos…
Plenos de tango.
Astor Piazzolla - Verano porteño