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martes, 29 de noviembre de 2011

TANTRA Y MITO

"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía." Anaïs Nin

Los occidentales cuando pensamos en Tantra pensamos en ¡Seeeexo!

Y no es de extrañar porque cuando pensamos en autos: pensamos en sexo, en ropa o perfumes: pensamos en sexo, en yogures o detergentes: pensamos en sexo. De hecho cuando pensamos en juventud o en vejez, en religión o espiritualidad pensamos en sexo:

Tenerlo,
negarlo,
abstenerlo,
proclamarlo,
esconderlo,
censurarlo,
diversificarlo,
multiplicarlo,
simplificarlo,
mistificarlo,
comercializarlo,
culparlo,
excarcelarlo,
deidificarlo,
o mandarlo a decapitar.
1º,
2º,
3º,
homo,
hetero,
bi...
Sexo…
con cualquier excusa: SEXO.

La cultura occidental (y la judeo-cristiana en particular), es obsesiva sexual. Como los perros se persiguen estúpidamente la cola, nosotros nos perseguimos los genitales. Porque ésa es la otra cara de la realidad… estamos genitalizados, no erotizados.

No hay educación, ni filosofías occidentales que nos enseñen sobre la importancia del erotismo, sobre la energía que encierra el VERDADERO CONTACTO, ese punto de comunión donde “el yo”, y “el tú” e incluso “el nosotros” se funde en una unidad de amor que nos trasciende y nos pone de frente a lo sagrado que nos constituye, que nos da vida, que define nuestra REAL IDENTIDAD.

Tal vez al orgasmo le digan petit morte no por la muerte en sí, sino porque es el umbral de un nacimiento. El punto en que nacemos a nuestra esencia más sutil, más perfecta, más íntima. Y podemos renacer una y otra vez… a nuestro placer, literalmente.

Y el conocimiento de esto (y más aún la experimentación) otorga a cada uno como individuo una conciencia de sí y de su poder que lo hace “anormal”, completamente "fuera de la norma", de los estándares socialmente diseñados para mantener “el orden”.

Entonces claro, no hay quien nos hable sobre la importancia de recrear en nuestros cuerpos y en nuestras vidas el misterio de lo sagrado, aquella chispa de divinidad que hace de nuestra unión sexual uno de los caminos posible de trascendencia, una lección de Amor Divino hecha danza.

El erotismo es la expresión de esa llama, de esa potencia, de esa energía inmanente. La genitalidad es sólo eso, un sabroso regalo de los instintos digno de valorar, apreciar y cultivar. Una bella (como todas) expresión de nuestra corporalidad como comer (que no es paladear), como dormir (que no es soñar), como mirar (que no es ver).

Lo postulaban todas las filosofías antiguas. Con el paso del tiempo lo validaría la ciencia: los músculos guardan la memoria de toda nuestra historia.

Esto es algo que aprendí hace… no tengo idea cuántos años, y mi visión del mundo cambió radicalmente. Nunca más fui capaz de retener la estética de un cuerpo, nunca más fui capaz de tocar “carne”. Lo que toco, lo que veo, siento, es historia viva, dolores que quedaron, sueños cumplidos, fantasías perdidas, amores que bendijeron, risas compartidas, llantos solitarios. No es un cuerpo, es un alma densa, es una historia completa que merece respeto, cuidado, atención. No se toca un cuerpo, se toca una memoria… UNA VIDA ÍNTEGRA.

Sin embargo el Tantra no tiene una relación mayor con el sexo que con la comida, o el descanso, la familia, el dinero, la muerte o el ocio. De hecho hay escuelas tántricas (post-védicas por supuesto) que propician el celibato. En realidad es el sexo el que tiende al Tantra anhelando alcanzar su máximo potencial, y no al revés.

En sánscrito Tantra podría traducirse de este modo (como una de tantas traducciones posibles): TAN: extender, expandir, TRA: liberar.

En términos cotidianos se lo define como “expandir y liberar la conciencia”, pero su definición puede atomizarse y aplicarse a cada nivel de energía que se quiera liberar y/o expandir. Literalmente: "aquello que libera de la oscuridad".

Es la doctrina más antigua que se conozca puesto que tiene sus raíces en el culto de la “madre” que se evidencia ya en la edad de piedra. Sin embargo sus primeros registros escritos datan de finales del siglo II. Porque el verdadero Tantra es de tradición oral. Un culto nacido durante el Matriarcado que promueve, ante todo, LA CELEBRACIÓN DE LA VIDA COMO PARTE INTEGRANTE DE LO DIVINO. (Con el tiempo se fusionó (¿lo fusionaron?) con la cultura védica y lo demás es historia turbia.)

Pero lo dicho: ante todo y por sobre todo el Tantra es la Celebración de la Divinidad partiendo de la Vida misma en busca de la Unidad, de la dimensión del Padre-Madre Dios Unificado, la dimensión libre de dualidad e ilusión.

Desde allí la conclusión es simple: ¿cómo estarías frente a Dios en persona? ¿Asombrado, concentrado, involucrado, comprometido, extasiado, agradecido? ¿Cómo te comportarías, qué le dirías, cómo te dirigirías a Dios si lo tuvieras justo frente a tus ojos? O, dicho de otro modo: si Dios está presente en su totalidad en todas y cada una de las manifestaciones de la Vida sin excepción: ¿cómo deberías vivirlas? TANTRICAMENTE.

Porque el Tantra propone permanecer en el eterno presente honrando la presencia de Dios y el misterio de nuestra propia Divinidad.

Muchas tradiciones y filosofías se han hecho eco, con mayor o menor precisión, con mayor o menor conciencia de esto y promueven poner amor en cada uno de nuestros actos. Es bello, bellísimo. Pero la invitación del Tantra va incluso más allá: ENCONTRAR el amor en cada cosa que hacemos.

¿Cómo llega a nosotros el amor en aquello que tenemos en nuestras manos, en aquello que experimentamos, en aquello que vemos? ¿Cómo podemos reconocer la vibración de la divinidad en todo lo que nos rodea por grande o pequeño que sea? ¿Cómo encuentro a Dios vivo, real presente, en la mirada del otro? ¡¿Cómo… y el sexo?! ¡¡¡Ah, de corazón espero que bien!!!

El sexo es la representación material del poder creativo del Uno (el Dios-Diosa en síntesis) y como tal posee el potencial (no el propósito) de recrear dicho poder convirtiendo al éxtasis sexual en una manifestación de la Divinidad. Si dos que se atraen no unen sus cuerpos en un ritual místico divinizante, no van al infierno (ni al cielo), ni reciben condena alguna por “perder el tiempo”, sólo están eligiendo vivir una parte de la experiencia. ¿Debieran vivirla toda? NO. Debieran hacer exactamente lo que hacen: elegir, una y otra vez; y sentirse libres de modificar dicha elección cada vez que lo crean bueno para ambos.

¿Si una persona se masturba “tantricamente” es menos censurable su acción tradicionalmente oscura y pecaminosa? NO. Porque de hecho su acción no es ni oscura ni pecaminosa, ni antes, ni durante, ni después de calificarla como "tántrica". Es simplemente una elección en la que puede incluir el conectarse con la Energía Vital hacia el Amor Universal a través del amor a sí mismo, o no, preferir quedarse con la experiencia autosatisfactoria sin que por eso deba recibir ninguna amonestación o censura religiosa. SU CUERPO, SU TEMPLO: SU ELECCIÓN.

Tantra invita a ir más allá, a hacer de cada cotidiano una conexión energética divina para propiciar el cielo en la tierra en cada uno de nosotros, no es una ley, es un llamado. Obviamente que si uno está sufriendo la muerte de un ser amado, se le hace más difícil encontrar los horizontes que si está escuchando música, y si está escuchando música más difícil que si está teniendo sexo, y si está teniendo sexo, más difícil que si está celebrando una comunión profundamente amorosa y erótica con el ser amado.

Simplemente porque es más fácil Ver dónde hay más Luz. La elección radica en cada uno de nosotros en cada instante del presente: reducir el Tantra a una serie de ejercicios pubocoxígeos, posturales y respiratorios es negarle su verdadera identidad y vocación: la de abrazar la vida en un éxtasis de Divinidad y negarnos a cada uno de nosotros la invitación a vivir de todos los modos posibles, sin restricciones, sin juicios, sin limitaciones, porque somos Dios viviendo la experiencia de Dios, dentro de Dios.

NAMO VAH

Autora: Sri Ganga Mata
(Todos los Derechos Reservados)
Llaves de Trascendencia Dimensional


Este texto lo tomé de una página de Facebook y me pareció interesante compartirlo con ustedes, si bien no a todos los que me visitan les gustan estos temas. Pero bueno... trato de compartir un poco de todo. Sólo que, últimamente, mi camino se va direccionando para un mismo lado.

De todas maneras, les dejo el link del sitio web de la autora.
No se pierdan el video!

Un beso,



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