Me siguen...

viernes, 28 de noviembre de 2008

SERVIR

Sirve el viento,
la nube,
la semilla y el surco...
y el agua siempre inquieta
en su claro reír.
Y es que la naturaleza,
tiene sólo un anhelo
con que enjoya los mundos:
Servir...
Servir...
Servir.
¿Que hay alguien que critica?
¿Y ese otro que destruye?
¿O alguno que maldice?....
Sé tú el que construye,
Sé tú el que aparta
la piedra del camino.
El que alivia el rencor
que los ojos enturbiaron.
El que siempre realiza
los esfuerzos –que por duros-
otros esquivaron.
Sé de aquellos que dan
¡Que siempre dan!
Ya un consuelo oportuno
Ya una frase cordial.
O el pan, claro y vital
de tu alegría,
o el pan moreno y grato
del trigal...
Qué tristeza tan honda
la del mundo
si en él ya no hubiera
nada por hacer...
Ni un rosal perfumado
que plantar,
ni un niño que alegrar,
ni empresa que emprender...
El servir es faena
de seres superiores
y tú en cada momento
te debes repetir:
¿A quién servir ahora?
¿Qué puedo hacer por otro,
para darle más ánimo,
para verlo contento,
y evitarle sufrir?
Y así, serás de aquellos
que oyen la voz de Dios.
Esa voz de silencio
que en la luz de cada día,
perfuma el orbe entero
viniéndote a decir:
“Aquí estoy, hijo mío,
apóyate en mis fuerzas
y... ayúdame a servir!"

Gabriela Mistral. Poetisa chilena
Premio Nobel de Literatura

Procol Harum - A whiter shade of pale
We skipped the light fandango.
And turned cartwheels cross the floor
I was feeling kind of sea sick,
But the crowd called out for more.
The room was humming harder
As the ceiling flew away.
When we called out for another drink,
the waiter brought a tray.
And so it was that later
As the miller told his tale.
That her face at first just ghostly turned
A whiter shade of pale
She said there is no reason,
And the truth is pain to see.
But I wandered through my playing cards.
And would not let her be.
One of sixteen vestal vergins.
Who were leaving for the coast.
And although my eyes were open,
They might just have well been closed.

(traducción)

Caminos en el cielo,
Misterios en el mar
Y las sombras del desvelo
Que me vienen a asediar.
Cipreses que se mecen
Al viejo nocturnal,
Y vibrando en un órgano
Un preludio sin final.
Entre mis sueños te veo
A mi lado otra vez
Y tu rostro tan sereno
Con su blanca palidez.
Estrellas que se apagan,
Palomas que se van,
Pensamientos que divagan
Y siempre aquel refrán
Que suena en mis oídos
Con la fuerza de obsesión,
Y llorando con el órgano
Está mi corazón.
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