
la nube,
la semilla y el surco...
y el agua siempre inquieta
en su claro reír.
Y es que la naturaleza,
tiene sólo un anhelo
con que enjoya los mundos:
Servir...
Servir...
Servir.
¿Que hay alguien que critica?
¿Y ese otro que destruye?
¿O alguno que maldice?....
Sé tú el que construye,
Sé tú el que aparta
la piedra del camino.
El que alivia el rencor
que los ojos enturbiaron.
El que siempre realiza
los esfuerzos –que por duros-
otros esquivaron.
Sé de aquellos que dan
¡Que siempre dan!
Ya un consuelo oportuno
Ya una frase cordial.
O el pan, claro y vital
de tu alegría,
o el pan moreno y grato
del trigal...
Qué tristeza tan honda
la del mundo
si en él ya no hubiera
nada por hacer...
Ni un rosal perfumado
que plantar,
ni un niño que alegrar,
ni empresa que emprender...
El servir es faena
de seres superiores
y tú en cada momento
te debes repetir:
¿A quién servir ahora?
¿Qué puedo hacer por otro,
para darle más ánimo,
para verlo contento,
y evitarle sufrir?
Y así, serás de aquellos
que oyen la voz de Dios.
Esa voz de silencio
que en la luz de cada día,
perfuma el orbe entero
viniéndote a decir:
“Aquí estoy, hijo mío,
apóyate en mis fuerzas
y... ayúdame a servir!"
Gabriela Mistral. Poetisa chilena
Premio Nobel de Literatura
Procol Harum - A whiter shade of pale
(traducción)
Caminos en el cielo,